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NOTAS SOBRE LA VISIÓN ZOQUE DEL INFRAMUNDO
Laureano Reyes Gómez1
Resumen
El trabajo es una primera aproximación del pensamiento y explicación que dan los zoques
del noroeste chiapaneco en relación al Inframundo. En síntesis podemos decir que existen
cuatro espacios alternos o mundos paralelos donde se desarrolla la vida. Cada mundo está
identificado con una fase del ciclo solar. Así, la vida terrena es la que se desarrolla sobre la
faz de la tierra, es el aquí y el ahora; el tiempo es fugaz, corresponde al Sol rojo. El mundo
del encanto o Tsu’an es donde van a vivir los atrapados por los dueños de los cerros, los
muertos en guerra y aquellos que han perecido por fenómenos naturales; viven la felicidad
eterna, el tiempo y el espacio están atrapados; corresponde al Sol amarillo. El Gran
Labertino o I’ps töjk es la residencia de aquellos que murieron de muerte natural, y es el
mundo donde son juzgadas todas y cada una de las acciones de la vida terrena, y
dependiendo del veredicto del Gran Tribunal se reciben merecidos premios o castigos; el
tiempo y el espacio están detenidos, corresponde al Sol blanco. Finalmente, el mundo de
Pajujk tsu es el territorio de la gran oscuridad, lugar donde van a vivir los suicidas. El
tiempo y el espacio están atrapados; corresponde al Sol negro.
Introducción
Estas notas son producto de reflexiones de trabajo de campo que he recopilado en los
últimos veintidós años. Los datos fueron registrados en forma fragmentada y desordenada,
cuando tangencialmente hicieron alusión al tema en diversas investigaciones. Otras veces la
información fue tratada con informantes “clave” tratando ampliar algún tópico específico.
Busca dar cuenta del pensamiento que tienen los zoques (específicamente del noroeste
chiapaneco) respecto a la visión del Inframundo.
Me di a la tarea, entonces, de estructurar la información siguiendo el recorrido y las
diversas “edades” del Sol, desde el nacimiento, el ocultamiento, la vejez avanzada cuando
ingresa al Inframundo, hasta su muerte, asociando cada estadio a un mundo alterno que
1 Dr. en Ciencias Sociales. Investigador del Instituto de Estudios Indígenas, Universidad Autónoma de
Chiapas.
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visita durante cada ciclo.2 De esta manera di cuerpo a un rompecabezas que me sirvió para
interpretar y explicar la vida en mundos alternos.
Es muy importante aclarar que no todos, especialmente los más jóvenes, tienen
conocimiento de los mundos alternos, del Inframundo. Mucha de la información, por otro
lado, tiene marcada influencia judeo-cristiana. Han sido los ancianos más “tradicionalistas”
(rezadores de cerro, curanderos y cuentistas principalmente) quienes tienen un dominio más
amplio del tema. La visión que recogí del Inframundo se antoja como un resquicio de una
concepción más antigua de carácter mesoamericano.3
La idea de ordenar mis notas surgió en mayo de 1991, cuando visitaba comunidades
zoques reubicadas por la erupción del volcán Chichón, en la selva Lacandona. Llegué a la
comunidad de Nuevo Francisco León, Ocosingo (antes llamada Nuevo Vicente Guerrero),
donde me informaron que un grupo de jóvenes campesinos había solicitado ampliación de
terrenos en la que formaron dos nuevos asentamientos zoques (en 1986)4 en la zona de
Marqués de Comillas, llamados “La Nueva Unión” Anexos 1 y 2, respectivamente. Me
dirigí al anexo 1, y grande fue mi sorpresa, que al llegar a la aldea, de inmediato me
reconocieron como el “maestro Lauro”.5 Ignoraba, entonces, que el “maestro Lauro” en
realidad había muerto en el “Viejo” Francisco León (específicamente en la Rivera
Candelaria) cuando fue sorprendido por la erupción, como muchos otros vecinos, y pereció
sepultado bajo toneladas de roca, gases y cenizas candentes, el 28 de marzo de 1982.
Entonces el entrevistado era yo para que diera explicación de cómo había vuelto a la vida
terrena.
Pronto me di cuenta que el “maestro Lauro” era muy querido y respetado en la
comunidad. La gente se juntó y me ofreció abundantes alimentos y bebidas. Estaban ávidos
de conocer la experiencia del “maestro Lauro” en el Inframundo, y su reincorporación a la
2 De igual manera, el ciclo vital humano se asocia a las edades del sol. Sobre el particular, Sulvarán (2007:
139) dice: “Los zoques creen que cuando nace un niño viene por donde sale el Sol, y cuando se muere se va
por donde se oculta...”
3 López-Austin, en su obra Tamoanchan y Tlalocan (1994) distingue a Tamoanchan como lugar de creación,
en tanto que Tlalocan, como lugar de la muerte. Sobre éste último dice: “Es una montaña hueca llena de frutos
porque en ella hay eterna estación productiva. A su interior van los hombres muertos bajo la protección o por
el ataque del dios de la lluvia: los caídos por el golpe del rayo, los ahogados, los bubosos, los hidrópicos,
cualquiera que haya perecido por mal de naturaleza acuosa.” p 9.
4 Véase López García, 1990: 37.
5 En realidad alguna gente me conoce con el nombre de “Lauro”, en vez de Laureano, y en las comunidades
me llaman “maestro”. Así que ambas identificaciones me son familiares, y acepté tales designaciones.
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vida terrena. Este encuentro fortuito, y aprovechando la confusión a mi favor, me motivó a
indagar la explicación que tienen los zoques de la vida después de la desaparición física de
la tierra, especialmente de los atrapados por el “Encanto”, a consecuencia de las erupciones
vulcanológicas experimentadas por el Chichón, de quienes se tiene la firme creencia que en
realidad no murieron, sino viven en el mundo del Encanto, en calidad de comensales, donde
gozan de inmensas riquezas y felicidad eternas, como veremos en el desarrollo de este
trabajo. Buscando contestar las preguntas a las que fui sometido me dediqué a indagar la
visión que tienen los zoques del Inframundo. Este trabajo es el resultado de horas de charla,
de historias fantásticas que los zoques muy amablemente me confiaron.
Los cuatro mundos alternos
En forma resumida podemos decir que existen cuatro espacios donde se desarrolla la vida
en diferentes dimensiones o mundos paralelos. Una de ellas es la vida terrena y tres más
que se desenvuelven en diferentes estratos del Inframundo. A saber, cada mundo está en
función del ciclo solar diurno y nocturno, algo parecido o asociado a las edades del Sol.6 De
igual manera cada periodo solar se identifica con un color específico según la fase que
corresponda. De esta manera, el Sol rojo se asocia con el nacimiento; el Sol amarillo se
identifica con el ocultamiento; el Sol blanco corresponde a la edad avanzada del astro, y el
Sol negro, al fin del ciclo vital. Así, el Sol en su recorrido por la bóveda celeste y su
posterior ocultamiento envejece, muere y se espera con ansias su renacimiento. En su
trayecto va visitando otros mundos alternos. Es decir, desde el alba hasta el ocultamiento
parcial del sol se asocia a la vida terrena, es el mundo Naas-Jama; del ocultamiento parcial,
hasta antes de la media noche corresponde al mundo de Tsu’an o “encanto”, como suelen
llamarlo los zoques. El umbral existente entre antes de la media noche y la media noche en
sí se conoce como I’ps töjk kotsök, es el mundo del gran Laberinto. Finalmente, el recorrido
del Sol termina a la media noche, justo al pasar por debajo de la Tierra, y muere. Este
momento constituye el mundo de Pagujk tsu’, es decir, la media noche. Veamos por partes
cada tiempo y espacio de los mundos paralelos.
6 El ciclo solar se compone de 14 “edades”. Diez de ellas corresponden a horarios diurnos, y cuatro nocturnos,
cuando el Sol se oculta, y visita el Inframundo.
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Figura 1. El recorrido del Sol a través de la bóveda celeste y del Inframundo
Fuente: Elaborado con base en información de campo.
El mundo terrenal
El periodo del Sol rojo es la primera fase, se desarrolla desde el nacimiento del Sol hasta el
ocultamiento parcial; cubre el horario diurno, es decir, corresponde a la vida terrena,
aquella que se realiza sobre la faz de la tierra. Es nuestra realidad, el aquí y el ahora. En
lengua zoque este mundo es conocido como Naas-Jama, es decir, Tierra-Sol, Tierra-Vida o
Tierra-Fiesta. Es un mundo antagónico donde la dualidad es un rasgo común. Hay
sufrimiento, pero también gozo; existe la traición, pero también la fidelidad; hay tristeza y
momentos de alegría; hay angustia y algunas veces calma; hay enfermedad, pero también
salud. Se identifican momentos solidarios, otras veces actitudes egoístas; es un mundo
caracterizado por trabajo, y algunos momentos, que son los menos, de reposo y
esparcimiento. El individuo, entonces, tiene comportamientos duales. Unas veces es
bondadoso, otras, perverso y cruel. La actitud en la vida terrena será juzgada, y
dependiendo de un veredicto, en otro mundo y nivel de conciencia, tendrá su justo premio o
castigo.
El tiempo en Naas-Jama es medible, continuo e irreversible. Avanza en espiral,
asciende durante el día y desciende por las noches siguiendo el ciclo solar; jamás se
detiene, es la razón el porqué las personas y los animales tienden a envejecer y, una vez
cumplido su ciclo abandonan la vida terrena. La permanencia de los habitantes en Naas
Jama está delimitada por un ciclo vital. Es una ley inviolable.
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Figura 2. Esquema del ciclo solar diurno y nocturno
Fuente: Elaborado con base en información de campo.
El Sol, incluso, nace en el alba, crece durante el día hasta que envejece. Tras
ocultarse penetra sexualmente a la Tierra, y gracias a esta acción se gesta un nuevo sol, una
nueva vida. La vida en la faz de la tierra es, entonces, fugaz, sujeta a un límite tempoespacial.
La vida no termina con la muerte terrena, sino continúa en el Inframundo. La
gente, al igual que el Sol, sigue el mismo recorrido en cuanto a edades y ciclos. Nace,
crece, envejece y pasa a vivir, después de la vida terrena, al espacio del Inframundo que le
corresponda, según el comportamiento observado en Naas Jama.
El mundo de Tsu’an o “Encanto” (El primer Inframundo)
El Sol amarillo recorre el segundo ciclo solar, y se asocia con el ocultamiento
parcial del sol, identificado como el momento mismo en que inicia su recorrido nocturno
cuando entra al Inframundo. Esta fase corresponde al mundo de Tsu´an,7 el lugar del
“encanto” (en el sentido estricto del término, donde la vida se embelesa, se goza en forma
plena; el paraíso) sitio al cual van a vivir exclusivamente los invitados por los dueños de los
cerros o aquellos que abandonan la vida terrena por efectos de fenómenos naturales (muerte
por ahogamiento en agua, rayo, terremoto, erupción volcánica, derrumbe, ciclón, huracán,
7 También conocido coloquialmente como “kotsök” (cerro), por la firme creencia en que tienen dueño o
dueña. Los cerros que tienen “encanto” son lugares por donde se puede ingresar al mundo de Tsu’an,
principalmente por cuevas. En algunas iglesias, se afirma, existen también entradas secretas, cuyas puertas
están selladas u ocultas.
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tornado) y guerras. Se entiende literalmente por Tsu´an como “antes de la media noche”.
Están atrasados 12 horas respecto al horario terreno. Es decir, cuando en la vida terrena es
de día, en Tsu´an es de noche, y viceversa. En Tsu´an los días y las noches son eternos. El
tiempo no transcurre, la gente no envejece; siempre son los mismos días o noches. Sólo hay
riquezas, fiesta8 y felicidad.9 Es la vida ideal, es el mundo del “encanto”.
El conocimiento sobre la existencia de Tsu’an se alimenta principalmente de dos
fuentes: una, es el sueño especializado que experimentan los jamö yoye (lit.: el contador de
días (adivino); término que se aplica también a curanderos y brujos) a través del jamö
mabajsi (sueño del adivino, del contador de días), quienes visitan el Inframundo a través de
la actividad onírica. Otra fuente de conocimiento es la tradición oral de personas que se
asegura han visitado el mundo de Tsu’an, y vuelto a la vida terrena a narrar su experiencia.
Se cuentan historias fantásticas que buscan dar explicación de cómo alguien –generalmente
ausente- se hizo rico, gracias al beneficio del Señor del cerro.
La deidad que gobierna Tsu’an es conocida con el nombre genérico de Kotsök pöt
(lit.: Señor del Cerro) o Kotsök Yomo (lit.: Señora del Cerro).10 Únicamente los cerros y
otros espacios sagrados (iglesias, panteones, pueblos desaparecidos) que tienen “encanto”
poseen un “dueño” o un “señor”. En Chapultenango, por ejemplo, el cerro Tajpi Kötsöjk
(cerro del Gavilán) está habitado por Saspalangui, quien es, a la vez, el eterno enamorado
de la señora del volcán Chichón, Pyogba Chu´we. Ambos se comunican a través de
caminos subterráneos y mantienen amoríos tormentosos. Cuando Saspalangui va a visitar a
su amada lo hace saber porque “toma su camión y se dirige al volcán”, entonces se dejan
escuchar ruidos subterráneos parecidos, justamente, a la de un motor en marcha que se aleja
8 En la narrativa zoque, cuando se habla de “fiesta”, se cree “que cuando cae un fuerte aguacero, acompañado
de muchos truenos y rayos, significa que están haciendo fiesta en un lugar encantado; la fiesta se hace porque
personas que mueren ahogadas en el río y que no estaban casadas se están casando en el encanto” (Sulvarán,
2007.116-117). Otro tanto sucede con los invitados a la fiesta de Pyogba Chu’we, están engalanados en
grandes festines, acompañados de suculentos banquetes.
9 En el Tlalocan subterráneo de los nahuas “... hay mucho bienestar, hay mucha riqueza. Nunca se sufre.
Nunca faltan el elote, la calabaza, la flor de calabaza, el huauzontle, el chilchote, el jitomate, el ejote, la
cempoalxóchitl ... Y dicen que en Tlalocan siempre están verdes las plantas, siempre están brotando las
plantas, siempre es temporada de lluvias, permanece la temporada de lluvias.” López-Austin, op. Cit. : 182-
183.
10 El término kotsök (cerro), en el lenguaje culto, hace referencia a la autoridad, al jefe máximo, al patrón, al
amo. Es decir, a la deidad. Algunos prefieren traducirlo como “espíritu de la montaña”. Entre los nahuas,
“Los dioses patronos ocupan cerros o se transformaban en cerros al establecerse cuando se funda una
población. La diosa esposa de Camaxtli, por ejemplo, se convirtió en sierra en Tlaxcalla.” López-Austin, Op.
cit : 217.
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o está de regreso. Otras personas más creen que los cerros encantados en realidad están
habitados por los Abu (lit.: nuestras raíces, nuestros abuelos), que son gigantes que viven
bajo tierra, y eventualmente visitan la superficie por las noches, pues la luz solar es dañina
para ellos.
Se tiene la firme convicción que Tsu´an es la réplica del pueblo de donde se es
originario, pero se encuentra dentro de un cerro, y se accede a él generalmente a través de
una cueva encantada. Para su ingreso habrá que tener mucho valor, y se recomienda ir
acompañado de un especialista que haga posible el regreso a la vida terrena; de lo contrario
se corre el riesgo de quedar atrapado en el tiempo y el espacio.
En Chapultenango cuentan que algunos se han aventurado visitar Tsu´an a través
del cerro Gavilán. No es una empresa fácil, pues se hace con los ojos vendados, además de
sortear varias pruebas de valor e inteligencia, tales como no pisar o trepar grandes troncos,
que en realidad son enormes víboras, o contestar adecuadamente acertijos. Tras superar las
pruebas satisfactoriamente y después de recorrer un trecho se le ordena al sujeto que se
quite la venda, y grande será su sorpresa que se encuentra en su pueblo, pero con gente que
no conoce o no había visto en años. En Tsu´an abundan las riquezas; las piedras son de oro.
Es el hábitat natural del arco iris, del viento, del agua, del torbellino; salen al exterior a
través de cuevas, manantiales y ríos subterráneos. El fuego y humo volcánicos son
chimeneas justamente de Tsu’an.
Los animales monteses pastan libremente. Todo es armonía y felicidad. Si el sujeto
corre con suerte de regresar al exterior, éste lo hará nuevamente vendado de los ojos, y una
vez fuera no deberá volver la vista atrás, pues el Encanto “jala”, y lo hará regresar de nueva
cuenta sin posibilidad de retorno a la vida terrena. El individuo pensará que estuvo apenas
unos minutos dentro, sin embargo habrán pasado años, tantos, que tampoco conocerá a los
nuevos habitantes de la aldea, pero quizás vuelva rico, e inicie una vida en mejores
condiciones económicas.
Tsu’an, entonces, es un mundo alterno a la vida que se desarrolla en la superficie
terrestre, el cual puede ser visitado físicamente o a través del sueño especializado. Quienes
son invitados a vivir o visitarlo temporalmente son considerados afortunados, pues es el
Paraíso y la comunicación con las deidades se hace en forma directa, sin intermediarios.
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La firme creencia en Tsu’an está alimentada, además, por historias fantásticas de
gente que se asegura ha visitado el sitio. Otro tanto sucede con la existencia real de pueblos
desaparecidos, principalmente aquellos que fueron sepultados por erupciones volcánicas en
marzo y abril de 1982. Por ejemplo, el asentamiento original de la cabecera municipal de
Francisco León, se dice especialmente que en Semana Santa o el Día de Muertos puede
escucharse el bullicio de un mundo interno, asimismo, se afirma escuchar el canto de los
gallos, la celebración de misas, las risas de los niños, el ladrido de los perros, el repiqueteo
de campanas, etc., y se evidencia toda la vida comunitaria subterránea. De hecho, se
reconoce que aquellos que quedaron atrapados durante el proceso eruptivo en realidad no
murieron, sino escaparon a través de túneles subterráneos que conectan directamente con el
volcán Chichón, y ahora están en grandes fiestas celebrando el cumpleaños de la Señora del
Volcán. Gozan de la felicidad eterna.
Si se ingresa al mundo de Tsu’an a través de las cuevas, pasadizos secretos o el
cráter del volcán Chichón, es posible también su regreso a la vida terrena, siempre y cuando
no se taponen las entradas. Aunque la empresa es compleja, ésta puede lograrse a través de
rituales, una de ellas es que los familiares del mundo exterior celebren ceremonias muy
elaboradas donde intercambien víctimas alternas, por ejemplo, sacrificando aves,
presentándoles ofrendas al dueño o dueña del cerro. Al lograr salir del mundo del “encanto”
y reincorporarse a la vida terrena, los individuos recordarán sus últimas actividades como si
hubieran sucedido el día de ayer. El tiempo no habrá pasado para ellos.
Existe otra forma de abandonar Tsu’an, y esto ocurre cuando en el mundo exterior
ya se han olvidado del sujeto “encantado”. Es decir, el individuo vive en Tsu’an tanto
cuanto es recordado en la vida terrena; una vez que ha sido olvidado de la memoria
comunitaria, de la misma manera el individuo sufre un “desencanto”. Así, Tsu´an se va
desocupando y preparando las condiciones para un nuevo invite, una nueva fiesta. El
individuo que abandona Tsu’an por “desencanto” pasa, entonces, a habitar el segundo
Inframundo: I’ps töjk kotsök.
Versiones más “modernas” del mundo del “Encanto” atribuyen que el Señor del
cerro es en realidad el Diablo, quien ofrece inmensidad de riquezas a cambio del alma del
sujeto. A la muerte de la víctima, el “espíritu” va a vivir al interior del cerro convertido en
9
animal de carga a sufrir horrendos castigos como pago a su avaricia. Las cuevas también
son usadas con fines rituales diversos, desde benévolos hasta maléficos.
El mundo de I’ps töjk
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. El Laberinto (El segundo Inframundo)
El Sol, tras su largo recorrido, se muestra agotado en calor y fuerza. Al llegar a su tercer
estadio su tonalidad es tenue, de color blanco.12 En este territorio el Sol se aproxima mucho
a la Tierra; el cielo es bajo y el Sol apenas rosa el lomo de los cerros y la copa de los
árboles. Los hombres no trabajan, sino son los instrumentos de labranza, por sí mismos,
quienes se encargan de las faenas.13 Es el mundo de I’ps töjk, el umbral a la media noche.
La muerte del Sol se avecina; ha envejecido.
Literalmente se traduce I´ps töjk como “veinte casas”, pero debe entenderse por tal
término como “Laberinto”. Es el Inframundo que los zoques ubican en un sitio subterráneo,
al poniente del globo terráqueo. El mundo de I´ps töjk es una réplica del pueblo del cual se
es originario, pero está habitado por gente que cumplió su ciclo vital en la superficie
terrestre, y la ha abandonado para continuar la vida en el segundo Inframundo, el cual es un
gran laberinto con ríos subterráneos. Los caminos son túneles que se comunican entre sí.
Las personas que observaron una vida ejemplar en la vida terrena descifran con facilidad
los caminos encontrando las salidas oportunas, en cambio, los que obraron mal, se pierden
entre la maraña y dan vueltas en círculo. El tiempo no transcurre, los días y las noches son
eternos.
A I´ps töjk van a vivir aquellas personas –en calidad de “almas”- que fallecieron de
muerte natural. Se cree que la desaparición física en la vida terrena, el cuerpo -inerte-, al
11 Véanse varios trabajos, entre otros, Domenici, Davide, 2002, 2003; Wonderly, 1946. En las cartas
geográficas de Chiapas, específicamente la sección “Raudales” (E15C48), ubica La Sierra “Veinte Casas” al
poniente del estado, justamente en territorio zoque.
12 Sulvarán (2007:35) reporta en un cuento zoque: “El cielo era blanco. Los antepasados llamaban a esta
época popo hora, es decir, tiempo blanco... la tierra y las piedras eran blanditas y se podía cortar fácilmente
con machete o serrucho. Con la aparición del Sol la tierra y las piedras se endurecieron...”
13 Sulvarán Op. Cit: 37-38. Reporta en el cuento “Cómo trabajaban los primeros hombres”. Sobre el particular
narra: “...los hombres tendían sus petates y que sólo un ratito trabajaban; después los machetes y las hachas
trabajaban solos. Mientras los machetes y las hachas cortaban el monte y los palos, los hombres se acostaban
en sus petates hasta que caía la tarde. Al finalizar el día los hombres llamaban a sus machetes y hachas para
que descansaran... las mujeres le ponían el maíz y los metates solitos los molían...”
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igual que el Sol, entra a la tierra para continuar su viaje al Inframundo. El cuerpo físico es
el que se corrompe, pero el kojama (alter ego, “espíritu” o “alma”)14, según el
comportamiento que haya observado en la vida terrena obtiene su justo premio o castigos
severos que le serán impuestos después de ser juzgados por el Gran Tribunal. Hay dos
fechas en el calendario terrestre donde los habitantes de I´ps töjk pueden visitar el mundo
de la superficie: el Día de Muertos y la Semana Santa. Los residentes de I’ps töjk, cuando
visitan la vida terrena no los podemos ver físicamente, tan sólo podremos escucharlos o
percibirlos a través de otros sentidos, pues se presentan en calidad de kojama.
Desde el exterior es posible visitar el Inframundo sólo a través del sueño, pero es
riesgoso, toda vez que al no encontrar el camino de regreso, en el gran Laberinto el kojama
puede quedar atrapado y no volver más a la vida terrena. Otro tanto sucede con los brujos,
quienes manipulan, a través del sueño, el “alma” de las víctimas, y pueden perderlas en el
Laberinto, logrando con ello el quebranto de la salud.
Por otro lado, las madres que han perdido a sus hijos desde edades tempranas no
habrán de preocuparse, pues en el mundo del gran Laberinto hay abundancia de alimentos.
Especialmente para los infantes existen cerros en forma de pecho femenino, que en realidad
son volcanes que arrojan leche, del cual satisfacen su hambre. De igual manera hay
moscarrones que hacen las veces de niñeras. Por ejemplo, un grano de maíz se convierte en
exquisitas viandas que se mantienen siempre a temperatura ideal para ser consumidas. Los
abejorros, por su parte, velan el sueño de los infantes, los procuran, los protegen, les
susurran cantos. El área de juego de los niños son planicies cubiertas de pasto “pelo de
conejo”, donde pueden jugar a sus anchas, siempre bajo la vigilancia celosa de colibríes de
hermosos colores.
Los ríos son cristalinos, los pájaros trinan hermosos cantos, el clima es ideal, las
campanas doblan timbres sonoros. Los árboles son frondosos y ofrecen frutos variados. No
hay lugar para la tristeza, sólo fiesta y regocijo. La vejez no existe, tampoco dolor o
enfermedad.
Ip´s töjk es el sitio donde se juzga el comportamiento de la vida terrena a través de
un Gran Tribunal compuesta por trece jueces, de los cuales, seis querrán hundir al juzgado,
14 Cada individuo posee hasta trece kojamas. Dependiendo de la combinación de kojamas sean estas “fuertes”
o “débiles” será la personalidad del sujeto.
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y seis más buscarán las atenuantes que permita equilibrar la culpabilidad o inocencia del
indiciado; sin embargo, el décimo tercero tendrá la delicada tarea de emitir el veredicto
final tras estudiar el caso, y considerar la opinión del público que asiste a dicho acto, que la
integran los que antes habitaban el mundo exterior, es decir, la vida terrena. El público,
constituido en asamblea comunitaria, emitirá su opinión para hundir o salvar al sujeto en
juicio.
En I´ps töjk son juzgados todos y cada uno de los actos en la vida terrena, y de
acuerdo al veredicto del Gran Tribunal se cumplirán castigos o premios. Así, por ejemplo,
aquellos que trataron mal a los animales de carga harán el trabajo que obligan hacer, y los
que observaron una vida ejemplar gozarán de la felicidad eterna. En I´ps töjk, además,
como premio al buen comportamiento en la vida terrena se puede llegar a ser autoridad del
lugar; en cambio, los que se portaron mal recibirán merecidos castigos. Los papeles,
muchas veces, se invertirán. Si en la vida terrena fueron castigados siendo inocentes, ahora
serán celadores, y los malos funcionarios encerrados en cárceles de paredes de oro.
El mundo de I´ps töjk está lleno de túneles, que son caminos que comunican con
otros pueblos subterráneos; sin embargo no existe salida al mundo exterior toda vez, entre
otras cosas, que la tumba fue sellada, taponada. Los del mundo exterior pueden,
eventualmente, visitar I´ps töjk solamente a través del sueño, principalmente aquellos
sujetos que tienen tonas poderosas (adivinos, brujos, rezadores) capaces de regresar del
mismísimo Inframundo. Eso explica que podemos soñar con personas que han desaparecido
de la faz de la Tierra, y saber de la suerte que han corrido en I´ps töjk.
En I´ps töjk viven diversas deidades, desde ahí gobiernan la vida terrena. Las
deidades son pareja masculina y femenina. Su poder es dual. Así, Sawa Oko, la Mujer-
Viento, algunas veces es benévola, otras, malévola. Por ejemplo, si el campesino es
cuidadoso con su milpa, le envía vientos benéficos; en cambio, si no la procura, los
ventarrones serán destructivos. Yach Sawa es pareja de Sawa Oko, y se conoce como
Viento-Malo. Por influencia cristiana el término Ya´tsi bö (el Malo) se ha traducido como
“el Diablo”, pero en la cultura antigua zoque hacía referencia al Viento-Malo que “juega” a
las personas perdiéndolas o desorientándolas en las montañas, en reprimenda,
generalmente, por desperdicio de comida, maltrato en la familia o tener actitudes groseras
con la gente.
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Otra residente del Inframundo es Nöwayomo, la Mujer del Agua, quien tiene por
función confundir a los hombres adúlteros haciéndose pasar por la novia, esposa o amante.
A menudo es descrita también como una mujer en extremo hermosa, con rasgos mestizos.
El compañero de Nöwayomo es Mönganan, es decir, el Hombre-Rayo, y tiende a confundir
a mujeres que suelen engañar a sus parejas. Mönganan, además, es el “dueño” o “señor” de
las colmenas.
Existe un personaje más, pero esta vez despiadado, y tiene por nombre Joko Isto
(lit.: Espejo humeante), y es el Señor de la Guerra. Los zoques suelen llamarlo “Satán” y le
atribuyen acciones muy parecidas al Diablo de la religión cristiana. Joko Isto es el amo y
señor de los “días difíciles”, es decir, de los periodos de guerra y de conflicto. Da valor y
coraje. No conoce la piedad, aún rendido el enemigo; es de “corazón duro y valiente”.
I´ps töjk, finalmente, es el mundo alterno donde sus residentes están en contacto
directo con las deidades. Es el mundo justo, donde se paga, una a una, cada acción realizada
en la vida terrena.
El mundo de Pagujk Tsu’ (El tercer Inframundo)
Finalmente el Sol durante su recorrido ha envejecido y muere para dar paso a un nuevo
ciclo. El Sol ahora ha perdido brillo, y tiene una tonalidad negra. El canto del gallo
anunciará insistentemente que es justo la media noche, y que el Sol ha alcanzado el cuarto
mundo: Pagujk tsu’. Es el sitio de “la Gran Oscuridad” o “Media Noche”. Pagujk tsu’ es la
morada donde van a vivir los que han cometido suicidio. Es tan profunda su ubicación que
se pierde en el mar de la obscuridad, tanta que sus habitantes no encuentran el camino de
regreso a la vida terrena o, al menos, al mundo de I´ps töjk. Los que atentan contra su vida
son condenados a vivir en el mundo de las sombras. Pagujk tsu’ es lugar de confinamiento
eterno; el mundo de las sombras.
Al igual que otros mundos, Pagujk tsu’ es una réplica exacta del mundo exterior,
pero sumida en un mar de obscuridad, pues el Sol ahora no ilumina toda vez que ha
concluido su ciclo. Los habitantes de Pagujk tsu’ buscarán, insistentemente, entre las
sombras, la salida del mundo oscuro. La búsqueda y espera serán inútiles (excepto el Día de
Muertos y Semana Santa). El tiempo y el espacio se habrán detenido. Los habitantes no
podrán reconocerse; apenas advertirán una silueta entre las sombras que de vez en vez es
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iluminada por relámpagos que lanzan destellos desde el lejano mundo del Encanto, donde
se evidencia que están enfiestados. En el mundo de las sombras se sentirán solos, sufrirán
angustias y desesperación. Sólo podrán escuchar, a lo lejos, el canto de algún avechucho
que anunciará insistentemente la media noche. Desde la vida terrena es posible conocer la
suerte que han corrido los suicidas consultando el oráculo, o bien, a través de la actividad
onírica.
Los familiares del mundo exterior que tienen residentes en Pagujk tsu’ habrán de
celebrar, especialmente para la ocasión, complicados rituales buscando liberar el alma
atrapado en el mar de la oscuridad. Se elaborarán velas de cera de abeja para que “iluminen
el camino de regreso”, y se harán ofrendas de copal para que con su aroma se guíen a otro
mundo alterno. Se pedirá, así mismo, nazca un nuevo sol, una nueva vida, e inicie un nuevo
ciclo.
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Bibliografía
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paisaje sagrado de los zoques de Chiapas (México)". En Il sacro e il paesaggio
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